Gracias a las nuevas tecnologías y las ciudades inteligentes, la sociedad cada vez está más conectada y los usuarios son más exigentes con la eficiencia de sus dispositivos, el tiempo de respuesta de las webs, así como con el Internet y su conexión. Es por ello que, para satisfacer estas necesidades, las infraestructuras deben cumplir con las expectativas de calidad de los usuarios.
A raíz de ello aparece el 5G, una nueva red más potente, más rápida y con un menor impacto en el medio ambiente. Esta nueva tecnología móvil abre la puerta al “Internet de las Cosas” multiplicando la cantidad de dispositivos conectados, así como las autopistas de información.
La quinta generación de la red móvil ha marcado una revolución tecnológica, cambiando nuestra manera de comunicarnos y mejorando la conectividad entre usuarios y dispositivos.
El 5G evoluciona, permitiendo a los dispositivos ser ultrarrápidos, gracias a la baja latencia de milisegundos, que permite esta red. La gran infraestructura del 5G es la base de las ciudades inteligentes o smart cities, que permitirá que cada vez más objetos y dispositivos estén interconectados, entre nosotros y entre sí.
Es más, los servicios para ciudades inteligentes prometen ser otro gran nicho, desde la regulación del tráfico hasta la gestión de datos ambientales. Las nuevas redes también podrán admitir importantes avances en comunicación, como videollamadas en 3D y hologramas.
Gracias a la implementación del 5G, una tecnología que ofrece una mayor productividad, ahorro de costos y soluciones disruptivas, muchos sectores han podido innovar y alcanzar grandes avances gracias a esta nueva tecnología.