17/10/2022
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Hoy en día, todos somos conocedores de la crisis energética que estamos viviendo a nivel mundial, hecho que repercute directamente en las facturas de los consumidores y al futuro energético. Nos enfrentamos a un invierno lleno de incertidumbre debido a la escasez en el suministro de fuentes energéticas, por lo que el sector energético afecta a todo el tejido económico de España.

En este sentido, la Unión Europea tiene un doble reto, por un lado, reducir la dependencia de los combustibles fósiles de origen ruso, logrando alcanzar la independencia energética, y por otro, cumplir todos los objetivos de descarbonización fijados a 2050, apoyándose para ello en las políticas energéticas actuales de cada país miembro.

Estrategia energética en España

Es fundamental apostar por las energías renovables y la eficiencia energética, elementos clave para establecer una estrategia energética que nos permita no solo no ser importadores, sino incluso, llegar a ser exportadores de nuestra propia energía a otros países.

En España, contamos con una posición privilegiada, puesto que, según datos de Red Eléctrica de España, hemos sido el segundo país europeo en generación solar y eólica durante el año 2021. En su Informe del Sistema Eléctrico Español del año 2021, se refleja como las energías renovables han supuesto más del 48% de la generación energética a nivel nacional, siendo este un dato máximo histórico.

Asimismo, se ha registrado un dato récord en energía eólica, con el 24% de generación, liderando así el mix de producción nacional. Por otro lado, el carbón registró en el 2021 la menor producción histórica, hecho que pone de manifiesto la actual tendencia de independizarnos de los combustibles fósiles.

Estamos, por lo tanto, en el camino correcto hacia el futuro energético, apoyándonos en las energías renovables para superar la situación geopolítica que atravesamos. Sin embargo, España debe seguir esforzándose en estar correctamente posicionada en toda la cadena de valor asociada a la transición energética, invirtiendo para ello en tecnologías actualmente no maduras, tales como el hidrógeno renovable y el almacenamiento.

Tenemos un importante marco normativo que va a determinar el futuro del mercado energético; el Plan Nacional Integrado de energía y Clima en España, el Paquete Fit for 55 y el reciente Plan REPowerEU. Además, los fondos Next Generation y en concreto, el PERTE de Energías Renovables, Hidrógeno y Almacenamiento, (PERTE ERHA), supone una auténtica oportunidad para lograr los objetivos establecidos por la Unión Europea en materia de energía y clima y de independencia energética, siendo especialmente este año 2022 el año en el que estamos viviendo una auténtica aceleración de los instrumentos de financiación en este sector.

Concretamente, tras el verano tuvimos la publicación de dos nuevos programas de incentivos para contribuir a la aceleración de la transición energética; las ayudas a proyectos singulares de instalaciones de biogás, así como las ayudas a proyectos de redes de calor y frío a partir de energías renovables.

¿Qué más podemos esperar de este año 2022?

De cara a los próximos meses, se espera la apertura de nuevas convocatorias definidas previamente en el PERTE ERHA, que suponen un presupuesto de más de 1.550 millones de euros; presupuesto directamente destinado a la inversión en energías renovables y eficiencia energética en diversos sectores para nuestro futuro energético:

  • Ayudas A EERR en la industria (55 M€)
  • Repotenciación, mejora y renovación de proyectos renovables (130 M€)
  • Ayudas a proyectos innovadores de almacenamiento en hibridación con plantas renovables (150 M€)
  • Estudios de prefactibilidad (50 M€)
  • Nuevos modelos de negocio (52 M€)
  • Sandboxes o bancos de pruebas regulatorios (10 M€)
  • Ayudas a proyectos innovadores de almacenamiento energético stand-alone (139 M€)
  • Moves singulares III (150 M€)
  • Programa de ayudas públicas para «Smart Islands” (175 M€)
  • Ayudas a proyectos piloto y plataformas de ensayo de renovables marinas (200 M€)
  • IPCEIs (195 M€)

Estas oportunidades de financiación repercutirán directamente en los consumidores, puesto que se trata de una clara apuesta del gobierno por acelerar la transición energética, generando además un impacto en el PIB, en la generación de empleo sostenible en toda la cadena de valor, así como en la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero.

Futuro energético en España

Se pretende alcanzar un modelo energético centrado en la ciudadanía, impulsando el concepto de “poner al ciudadano en el centro”, siendo este partícipe del sistema eléctrico. Este nuevo modelo viene definido por lo que se denominan “Las cuatro Ds”;

Se esperan las primeras convocatorias para finales de 2021, aunque se desarrollarán más durante 2022 y 2023. Las más inminentes son las siguientes:

  • Descarbonizado
  • Descentralizado
  • Democratizado
  • Digitalizado

Está basado especialmente en aumentar la generación renovable a nivel nacional, invirtiendo en tecnologías que aporten flexibilidad al sistema eléctrico nacional, así como en el desarrollo de proyectos que involucren a los gases renovables, logrando así desplazar el uso de gases de origen fósil como es el caso del gas natural.

Los sectores transporte e industria van a ser los sectores clave para alcanzar la neutralidad climática en nuestro país, ya que ambos representan más del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero en España. De hecho, el sector energía y el sector transporte están completamente interconectados, ya que el segundo necesita del primero para llevar a cabo su actividad.

Además, apostar por el transporte sostenible está cobrando fuerza, especialmente en las ciudades, donde ya se está viendo un cambio de comportamiento en los ciudadanos a la hora de trasladarse y de utilizar los combustibles.

En cuanto al sector industrial, hay que destacar que se trata de un sector especialmente castigado por el elevado precio de la energía y de las materias primas, llegando muchas industrias a parar sus procesos, e incluso algunas de ellas a cesar su actividad al completo. Será necesario que muchas de ellas inviertan en nuevas tecnologías, así como en la mejora de la eficiencia energética de sus procesos para adecuarse a la situación actual.

En este sentido, cabe mencionar que el gobierno está trabajando en la elaboración de un PERTE de Descarbonización, cuyo foco estará puesto especialmente en la industria electrointensiva, y en sectores tales como el del acero y el aluminio. Se prevé que la primera convocatoria de este PERTE se publique en comienzo del 2023, y contará con un presupuesto estimado de 400 millones de euros.

En conclusión, la electrificación, el autoconsumo, el hidrógeno renovable, el impulso a las comunidades energéticas, apostar por la movilidad sostenible, así como por la I+D+i en tecnologías que no poseen el nivel de madurez adecuado, constituyen el futuro del sector a corto, medio y largo plazo de nuestro país.

Blanca López Gil

Energy Sectorial Leader

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