20/05/2024

La situación del hidrógeno renovable en España ha avanzado significativamente en los últimos años, impulsada en gran medida por todas las oportunidades de financiación pública derivadas de los fondos Next Generation, así como por multitud de inversiones privadas y el compromiso de las empresas y organismos públicos con la transición energética.

Estos últimos años ha existido un marco idóneo que ha favorecido el despliegue y el interés en este vector energético, que promueve la independencia energética al reducir la dependencia de combustibles fósiles importados, mejorando, por tanto, la seguridad energética de los países.

Ventajas del hidrógeno renovable

En cuanto a las ventajas que presenta el hidrógeno renovable, cabe mencionar que son numerosas y abarcan distintos ámbitos, desde la sostenibilidad ambiental a su contribución al tejido económico del país y el desarrollo tecnológico:

  • Al producirse a partir de fuentes de energías renovables, el hidrógeno verde no emite gases de efecto invernadero, por lo que se convierte en una opción clave para descarbonizar sectores difíciles de electrificar, como la industria pesada y el transporte de larga distancia, contribuyendo además a la mitigación del cambio climático.
  • Además, puede actuar como una forma de almacenamiento de energía, permitiendo almacenar el exceso de energía generada mediante fuentes de energías renovables, y liberarla cuando la demanda es alta, equilibrando así la curva de oferta y demanda de electricidad. Ayuda, por lo tanto, a gestionar la intermitencia de fuentes de energía renovables como la solar y la eólica, proporcionando una fuente de energía mucho más estable.
  • Por otro lado, puede ser utilizado en diversas aplicaciones y en multitud de sectores, incluyendo la generación de electricidad, calefacción, combustibles para transporte (vehículos ligeros, pesados, trenes y aviones), así como materia prima en la industria (especialmente en la industria química, refino de petróleo y fertilizantes).
  • También puede ser mezclado con gas natural en la infraestructura existente, (blending), facilitando una transición mucho más suave hacia una economía basada en hidrógeno.
  • Por otro lado, contribuye a la generación de empleo, ya que todo el despliegue de la infraestructura necesaria para producir hidrógeno renovable, ofrece crear numerosos empleos en sectores como la fabricación de electrolizadores, ámbito de la operación y mantenimiento o bien la ingeniería de los proyectos.
  • Por último, impulsa la innovación y desarrollo de nuevas tecnologías, fomentando el crecimiento de la industria de energías renovables. Universidades, centros de investigación y empresas, están colaborando desde hace años en proyectos de I+D para mejorar la eficiencia y reducir los costes de producción de hidrógeno verde.

Principales desafíos del hidrógeno renovable

Sin embargo, y a pesar de su gran potencial, el hidrógeno renovable presenta multitud de desafíos que tendrán que ir siendo superados para que realmente se convierta en una parte fundamental del futuro energético, y no solo en España sino a nivel global.

Los principales desafíos que presenta son los siguientes:

  • En primer lugar, para que el hidrógeno renovable sea una palanca efectiva en la descarbonización, es necesario no solamente producirlo, sino también crear la demanda necesaria. Esta conexión entre la oferta y la demanda es un gran reto que se presenta hoy en día en todos los proyectos.
  • Afrontar el elevado coste de producción del hidrógeno renovable en comparación con alternativas convencionales está representando también una dificultad. Fundamentalmente, este elevado coste va a depender del precio de la electricidad, ya que se necesita cubrir la demanda energética en los tramos horarios en los que la instalación renovable asociada al electrolizador no está suministrando energía.
  • En este sentido, para poder desplegar el mercado del hidrógeno y sobre todo que este sea competitivo, es necesario el acceso a la financiación, porque actualmente es muy complicado que una empresa o una industria pueda asegurar el consumo de hidrógeno renovable en un plazo de 20 o 25 años. Se trata de un compromiso muy complicado, puesto que no se conoce como se irá desarrollando el mercado en los próximos años. En cuanto a la financiación, se necesitan asimismo más ayudas a la parte del consumo de hidrógeno, y no únicamente a la parte de la producción.
  • Toda la infraestructura requerida para su producción, almacenamiento, transporte y distribución, todavía no está ampliamente desarrollada.
  • La eficiencia energética del proceso de electrólisis y de los usos finales del hidrógeno, puede ser menor comparada con otras alternativas de almacenamiento y de energía, lo que puede convertirlo en una opción no atractiva para muchas empresas.
  • Por otro lado, la producción de hidrógeno verde a gran escala todavía presenta retos tecnológicos y económicos que deben ser superados para convertirse en una alternativa competitiva, por lo que la escalabilidad es otro reto que debe tenerse en cuenta.
  • Por último, y derivado de todo lo anterior, hay que destacar la enorme dificultad que existe para ejecutar los proyectos. Existen proyectos viables y muy potentes a nivel técnico que han sido ganadores de alguna de las convocatorias de ayudas públicas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia destinados a impulsar el hidrógeno renovable publicadas los últimos años. Sin embargo, está ocurriendo que muchos de ellos están teniendo que renunciar a las ayudas otorgadas, bien porque no encuentran compromiso firme de los consumidores de hidrógeno que a priori tenían, (offtakers), bien por el elevado coste de producción del hidrógeno, o en algunos casos también porque es muy complicado cumplir con las exigencias de la administración. Se necesitan proyectos muy maduros, que cuenten con los trámites administrativos y ambientales avanzados. La anticipación es la clave

Por lo tanto, el hidrógeno renovable tiene un gran potencial para contribuir a la transición energética y a la reducción de emisiones, pero todavía presenta desafíos significativos que deben ser abordados para su correcto despliegue.

En resumen, el hidrógeno renovable, a pesar de los retos que aún presenta, ofrece una serie de ventajas que lo posicionan como un componente crucial en la transición hacia una economía más sostenible y baja en emisiones. A medida que se vaya desarrollando la tecnología y se incremente la escala de producción, se espera una disminución en los costes, convirtiendo al hidrógeno renovable en una opción más viable y competitiva.

Su versatilidad en diversas aplicaciones y su potencial para impulsar la independencia energética y la innovación tecnológica, lo convierten en una opción prometedora para el futuro del sector energético.

Blanca López

Sectorial Leader de Energía