La creciente necesidad de digitalizar nuestros entornos laborales, educativos y económicos ha sido uno de los retos más grandes para las empresas, instituciones y, en general, para toda la sociedad. Gracias a la digitalización, hemos encontrado las herramientas necesarias que nos han permitido hacer frente a la crisis de la COVID-19, catapultando a la humanidad hacia un futuro que, anteriormente, parecía algo más lejano. De este modo, se acerca una nueva era, en la que predomina la digitalización.
Y ahora, ¿Cómo pueden las empresas aprovechar este cambio?
Para las compañías, la COVID-19 ha supuesto un reto mucho más grande que implementar nuevas tecnologías de forma acelerada. El verdadero reto ha consistido en lograr que empleados y clientes adoptasen nuevas formas de compromiso e interacción empresarial.
«A menos que las organizaciones cambien, la tecnología realmente no hace nada por el negocio«, citó George Westerman, científico investigador principal para el aprendizaje de la fuerza laboral en el Laboratorio Mundial de Educación Abdul Latif Jameel del MIT.
Con los consumidores y las organizaciones listas para adoptar este cambio hacia una escala superior:
La experiencia del cliente se está volviendo más personalizada que nunca. Las empresas están aprovechando los datos para proporcionar mejores experiencias a los clientes. Ya sea una web de venta de ropa online que aprovecha tecnologías como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático para seleccionar un atuendo basado en las preferencias personales o un minorista físico que utiliza una aplicación móvil para ofrecer a los clientes recogida en la acera y el pago sin contacto.
La automatización y el aprendizaje automático pueden aportar eficiencia a las tareas rutinarias, mientras que otras tecnologías como la realidad aumentada pueden ayudar a los trabajadores de maneras que antes no eran posibles.
Impulsadas por el Internet de las cosas y la industria 4.0, innovaciones como los gemelos digitales y el aprendizaje automático ayudan a las empresas a aprovechar mejor los datos en tiempo real para mejorar el rendimiento operativo e introducir nuevos servicios.
Por ejemplo, los fabricantes contratados están utilizando datos para determinar qué componentes funcionan mejor juntos y qué proveedores son más fiables para ayudar a sus clientes a diseñar mejores productos electrónicos.
Las organizaciones pueden buscar oportunidades más pequeñas para la mejora digital y las extensiones basadas en la información. Las compañías de seguros, por ejemplo, están monitoreando y calificando a los clientes a medida que conducen para optimizar los precios de las pólizas; las compañías de flotas están aprovechando los datos y análisis en tiempo real para ofrecer servicios de mantenimiento predictivos y proactivos.
Aquellos que lideren los esfuerzos futuros tendrán la tarea, no solo de aportar la tecnología adecuada, sino también de inspirar a la gente a abrazar el cambio que va de la mano con la transformación.
«Lo que ha cambiado en los últimos cinco años son dos dimensiones: los empleados importan tanto como los clientes en muchos casos, y se necesita crear una cultura lista para lo digital para ser lo suficientemente rápido como para competir en este mundo«, dijo Westerman.
Durante la pandemia, la transformación digital ha funcionado porque toda la sociedad ha trabajado para que ello sucediese; ahora, una vez superada la pandemia, las compañías y las organizaciones han de trabajar a través de las personas, proporcionando las herramientas, energizándolas y escuchándolas.
Esta será la auténtica receta para salir más fuertes de lo que éramos antes.
La digitalización, junto a la transición ecológica, constituyen los ejes transversales del Plan de Recuperación, España Puede, así como de los fondos Next Generation EU.
El eje transversal de la digitalización tendrá destacadas convocatorias en el segundo trimestre de 2022. Tras la aprobación y puesta en marcha del programa Kit Digital, ayudas como el Programa Agentes del Cambio, con 300 millones de euros o los Programas de Atracción y Retención de Talento, con 120 millones de euros, supondrán un impulso a la digitalización de pymes y a la formación de personal experto en las diferentes ramas de la digitalización.
En cuanto a la Digitalización de Redes, el estado otorgará 525 millones de euros en subvenciones directas. Las cuantías anuales máximas ascenderán a 227 millones de euros con cargo al Presupuesto General del Estado de 2021, otros 148 millones con cargo a 2022 y 150 millones en 2023.
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