22/06/2022

Los smartphones que usamos durante nuestro día a día contienen elementos críticos como el oro, tóxicos como el arsénico y elementos raros como el indio. Las fuentes naturales de 6 de los elementos que se encuentran en los dispositivos móviles se agotarán en los próximos 100 años. En estos momentos la producción plantea unos retos que deben vehicularse mediante la economía circular.

Así, el indio, elemento que se utiliza para el desarrollo de las pantallas táctiles, tardará 20 años en desaparecer si se sigue utilizando, del mismo modo que se usa actualmente. En este sentido, La Sociedad Europea de Química (EuChemS) ha elaborado una tabla periódica modificada con los 90 elementos químicos que componen todo lo que conocemos, a la vez que representa la abundancia o escasez de cada uno de ellos. En la tabla aparece un icono de un teléfono móvil en las casillas de los 31 elementos que forman parte de los smartphones.

Ilustración 1. Tabla periódica de la EuChems representando la escasez de elementos

Un cambio de modelo

Debemos cuidar estos elementos si queremos seguir disfrutando de las ventajas que nos ofrece la transición digital. Para ello, es imprescindible la transición a una economía circular. Este nuevo modelo económico se trata de un marco de soluciones sistémicas que aborda retos globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, los residuos y la contaminación y se erige como el único modelo para evitar el colapso del planeta.

Los sistemas naturales han existido desde hace millones de años y sin la acción humana no se hubiesen dañado. Los seres humanos hemos adoptado un ciclo lineal en el que extraemos recursos de la naturaleza, fabricamos productos a partir de ellos, los usamos y, finalmente, nos deshacemos de ellos, como es el caso de los dispositivos móviles.

El modelo lineal actual se considera inviable a largo plazo, puesto que los recursos naturales no son infinitos. Por este motivo, el ser humano debe aprender de los sistemas naturales e introducir el modelo económico circular que repiense y rediseñe los productos y sus componentes y así contribuir en la creación de capital. De esta manera se crearía un sistema de producción y consumo basado en la restauración y regeneración de los recursos necesarios para la materia prima. Así, los recursos son utilizados de manera más eficiente y son retenidos el mayor tiempo posible.

La economía circular se basa en 3 principios, impulsados por el diseño: Eliminar los desechos y la contaminación, la recirculación de productos y materiales y regenerar la naturaleza.

Para evitar la generación de residuos y la contaminación asociada, este modelo económico plantea 2 tipos de ciclos en los que ningún elemento se considera “basura”. Solamente en el ciclo biológico es donde se producirá el consumo, puesto que los procesos naturales permiten regenerar las materias primas de base biológica (algodón, alimentos, madera…), con o sin intervención humana. El ciclo técnico contempla todo aquello que no se degrada y que con este ciclo se recuperan y restauran productos, componentes y materiales mediante estrategias de reutilización, reparación, remanufactura o, si no existe otra posibilidad, reciclaje.

La importancia de la reutilización

El reciclaje es un proceso clave para la economía circular, puesto que existen materiales o tipos de productos como los envases, que realmente es necesario que lleguen a ser 100% reciclables, pero, existen productos, como, por ejemplo, un smartphone, en el que la mayor parte del valor no son sus componentes por separado sino el dispositivo completo, y que se debería mantener como producto el máximo tiempo posible.

Producir cualquier cosa desde 0 es muy costoso a nivel energía y materiales. El proceso de remanufactura parte de equipos estropeados y contempla el despiece total de los componentes que forman el producto, restaurarlos y ensamblarlos, de forma que se consiga armar un nuevo equipo con las mismas funcionalidades con casi un 80% de las piezas originales. Por lo tanto, se está ahorrando energía y materiales.

La reparación y el mantenimiento consiguen que los objetos lleguen a su rendimiento más alto, el objetivo es poder mantener en el ciclo de vida cualquier producto antes de que se estropee y tenga que pasar por el proceso de remanufactura.

Otro punto importante de la economía circular es pasar de un modelo consumista a un modelo de servitización en el que el ser humano pasa de ser consumidor final a ser un usuario de los productos con el objetivo de poder intercambiarlos y compartirlos con el resto de los usuarios. Las empresas pasarían a ofrecer un servicio en vez de un producto, y así se conseguiría reducir tanto las materias primas como los residuos generados.

Para entender cuál es el objetivo e implementar las estrategias necesarias para la transición a este nuevo modelo económico, debemos tener en cuenta que los bienes de hoy se transformarán en los recursos de mañana y si no logramos cuidarlos y mantenerlos, el mañana no podrá existir.

PERTE en Economía Circular

Para enfrentar estos retos, el gobierno aprobó el pasado 8 de marzo el PERTE en Economía Circular. Con una inversión de 1.200 millones de euros (492 millones de inversión pública y 708 millones de euros de inversión privada)​​​​​​​ y en paralelo a las estrategias estatales de descarbonización, incremento de la reutilización, reducción de gases, efecto invernadero y buen uso del agua, el PERTE en Economía Circular expone los siguientes objetivos:

  • Reducir la generación de residuos
  • Fomentar las plantas de tratamiento
  • Incrementar la digitalización

Asimismo, presenta los siguientes sectores clave:

  1. Sector Textil
  2. Sector del Plástico
  3. Bienes de equipo para energías renovables

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Clàudia Marín