El sector naval y marítimo se ha sumado a la tendencia de recuperación económica mundial con resultados alentadores, cercanos a los niveles anteriores a la pandemia. Sin embargo, al acelerar el aumento de la demanda de transporte marítimo y, sobre todo, de mercancías y materias primas, la recuperación económica ha provocado: la saturación de la cadena de suministro, cuellos de botella en los puertos, retrasos en las entregas y un aumento significativo del precio de la energía y del propio transporte.
A su vez, el sector de la construcción naval se benefició de este contexto económico favorable que se tradujo en un aumento mundial de la cartera de pedidos para la construcción de buques, especialmente los destinados al transporte de mercancías. Pero al mismo tiempo, como el resto del sector industrial productivo, se ve afectado por la fuerte reactivación económica. Padeciendo la subida de los precios de ciertas materias primas, de la energía y los plazos de entrega.
En este contexto, España ha conseguido mantenerse como uno de los mayores países de construcción naval tanto a nivel europeo como mundial. Sus astilleros destacan y progresan en mercados con importante crecimiento como la eólica marina, a través de la construcción de soportes y subestaciones. Además, gracias a su política voluntaria, la Unión Europea estimula la apuesta por las energías renovables, especialmente marinas para la producción de energía. Sellando el compromiso de que en 2030 las energías renovables supongan al menos un 55% de la electricidad total producida, de los cuales un 7% generado a partir de fuentes eólicas marinas.
Las empresas del sector están apostando por una diferenciación y versatilidad en la fabricación de sus de buques y por la combinación de tecnologías punteras en los procesos de producción. Las inversiones que conllevan esta apuesta están impulsando la transformación de la industria naval hacia un modelo productivo más competitivo.
Con el fin de respaldar e impulsar la capacidad innovadora del sector, encabezada por los astilleros, el Consejo de Ministros ha aprobado el pasado mes de marzo el PERTE para la recuperación del sector naval. El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (MINCOTUR) lidera la ejecución de este PERTE cuya contribución pública es de 200M€ (subvención a fondo perdió y préstamo).
El PERTE Naval corresponde a un proyecto estratégico articulado alrededor de tres bloques de desarrollo para el sector naval: la diversificación de su actividad hacia las energías renovables marinas y los buques de bajas emisiones, su digitalización, la mejora de su sostenibilidad medioambiental y un eje transversal: la capacitación y formación de los empleados del sector. A través de esta iniciativa única, el MINCOTUR quiere estimular las sinergias entre el sector naval y el sector de la energía renovable marina. Su objetivo es fortalecer a los astilleros para que sigan siendo competitivos a nivel mundial.
Las bases reguladoras del PERTE Naval fueron publicadas a inicios de agosto. Se espera para el cuarto trimestre la publicación de la convocatoria tan esperada por las empresas de toda la cadena de valor de la industria naval. Además de los astilleros, verdaderos protagonistas de este PERTE, otras actividades industriales tienen cabida. Como las enmarcadas en la fabricación de productos de hierro, acero y ferroaleaciones, la fabricación de productos metálicos, excepto maquinaria y equipo, la fabricación de material y equipo eléctrico. Así como, servicios auxiliares a la industria naval como pueden ser el transporte marítimo de pasajeros y/o de mercancías.
Sectorial Leader Strategic Grants